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Eskultura akademikoa Araban. XVIII. mendeko Madrilgo eskola
Escultura académica en Álava. La escuela de Madrid del siglo XVIII

Egileak: Fernando Tabar Anitua
Argitaratzailea: Arabako Foru Aldundia
Orrialde kopurua: 238
ISBN: 978-84-7821-713-7

Ezaugarriak: La fundación de la Real Academia de Bellas y Nobles Artes de San Fernando en 1752, consolida a la escuela madrileña como la más importante del reino. Lo venía siendo ya en todo el siglo anterior a causa de la capitalidad, que supuso un extraordinario crecimiento urbano y la consiguiente proliferación de iglesias y conventos que llenar de obras de arte. El mecenazgo de los reyes para decorar sus palacios y fundaciones piadosas, recurriendo a los mejores artistas extranjeros, además de a los locales, diversificó las temáticas y elevó el nivel cualitativo de la creación artística, en el llamado Barroco madrileño del siglo XVII y primer tercio del XVIII. A partir de la fundación de la Academia, la nueva formación que impartía a los artistas, basada en la imitación de lo mejor del arte clásico, italiano y francés, a cargo de artistas profesores, dio a esa creación, erudición y un alto grado de perfección técnica. También un carácter cosmopolita superador del llamado casticismo del Barroco español, aunque lo más valioso de este siguió influyendo en los academicistas.

En el campo de la escultura y a partir del siglo XVIII conviven dos temáticas, desarrolladas en general en distintos materiales pero desempeñadas por los mismos artistas. Por una parte está la oficial, promovida por la monarquía y las instituciones, para los palacios y los monumentos públicos en relación en buena medida con el nuevo urbanismo, propiciado sobre todo por Carlos III. Es de carácter profano, conmemorativo, alegórico y mitológico, y está hecha en mármol blanco, estuco, bronce y plomo. Por otra la religiosa por encargo de la Iglesia o donada a ella por particulares. Es continuista en la temática y en el uso de la madera policromada de la imaginería tradicional, pero está renovada en lo formal y pese a su primacía cuantitativa ha sido poco investigada hasta hoy.

Esta exposición reúne y estudia lo conocido en Álava de ambas temáticas, a través de obras de los mejores escultores vinculados a la Academia de San Fernando. Sorprenderá la cantidad y la calidad de esas obras venidas desde Madrid a nuestro territorio, algunas documentadas, otras firmadas y las restantes atribuidas por el estilo personal que reflejan. Hasta el punto de que, por ejemplo, es en Álava donde más imágenes de madera policromada se conocen de Alfonso Giraldo Bergaz, con las siete que tenemos avaladas por un documento o unas firmas. Las causas de llegada de las obras son diversas y se detallan en el catálogo en la medida que se conocen. La fundamental, documentada en bastantes casos, debió ser la donación a sus iglesias de origen por parte de alaveses instalados en la Villa y Corte. Las razones de su emigración allí y a otras partes se debió a menudo a la forma de transmisión del patrimonio por la institución del mayorazgo, lo mismo que en el resto del País Vasco y en Navarra, que obligaba a buscarse la vida a los segundones. Algunos prosperaron en la administración, la diplomacia, la Iglesia o el comercio y siguiendo la costumbre de su tiempo, quisieron regalar a las parroquias donde fueron bautizados u otros templos de su devoción, imágenes, pinturas, ornamentos y platería, en testimonio de su fe y acaso de su posición social. Las imágenes expuestas representan distintas advocaciones y nos señalan las devociones más extendidas en la época, como la de la Virgen del Rosario, y los santos más populares, como San José o San Antonio de Padua.

Un aspecto fundamental que se ha puesto de relieve en este trabajo es la influencia que las obras importadas de una escuela pionera como la madrileña del siglo XVIII, ejerció en otra modesta y provinciana como la alavesa de entonces. Es patente en los artistas locales, tanto escultores como policromadores y el mejor ejemplo es Mauricio Valdivielso (1760-1822), el miembro más destacado de una dinastía de imagineros conocida como los santeros de Payueta. Para poder visualizar ese magisterio ejercido por unas obras sobre otras, se han intercalado algunas del santero junto a otras que debieron servirle de modelo.

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